Diario de amigo

Mirando desde mi ventana. Una meditación sobre el eco de la vida.

lunes, marzo 10, 2008

El amor implicito de Dios















La amistad es una experiencia teológica. Pocos saben descubrir toda su hondura y delicadeza.

Simone Weil en su libro "Attente de Dieu" dice que la amistad es “uno de los amores implícitos indirectos de Dios, en todo su rigor y distinto del amor al prójimo…”

La amistad es un lugar teológico donde Dios se hace cercano y nos manifiesta en una delicada expresión su cercanía y confianza, nos hace tener una mirada limpia sobre tu vida… donde brota la alegría, el impulso que te hace sobrevolar las dificultades. Es el lugar donde el dolor es menos dolor. Donde la alegría es más alegría…

Es el sacramento donde descubrimos cómo Dios cree en nosotros y apuesta por nosotros …
Lo dice la Sagrada Escritura: Quien encuentra un amigo fiel tiene un tesoro (Sirac 6,4)

Toda amistad verdadera es un don, como también es un gran dolor perder una la amistad. Cuando por “un desencuentro o una incomprensión” se pierde la confianza, la expresión se mide, los silencios remplazan a los diálogos...
Cuando al hablar se hace equilibrismo esquivando todo aquello importante y trascendente que pueda hacer profundizar el descubrimiento del otro...
Cuando comienza el corazón a no sentir necesidad de encuentros...
Cuando los olvidos remplazan la espontaneidad llena de inocencia y de frescor…
Cuando se intenta justificar la “no necesidad de compartir...”
Cuando se comienza a medir el tiempo, los actos, las palabras y se intenta justificar la ausencia con el trabajo, o con las ocupaciones aunque sean muy necesarias… Nos damos cuenta de que la amistad esta desapareciendo...

Bien lo sabemos todos... la amistad no es cuestión de tiempo sino de corazón…

Una amistad verdadera tiene “la necesidad básica, espontánea de comunicación y de ayuda mutua… sin necesidad de programas ni de medidas… Es como la respiración del alma, uno respira sin pensar. La muerte de una amistad, lleva consigo una profunda y dura experiencia espiritual, como la lleva igualmente el desamor de un padre para con sus hijos…

Cuando uno ha vivido la experiencia de ruptura se sabe lo duro que es vivir sintiendo una fisura en su propia alma. Algo valioso, una parte de ti mismo se ha roto... Sientes que te han cortado las alas para volar por la vida y que tienes que volver a acostumbrarte a caminar pesadamente por el camino llevando siempre a tus espaldas el recuerdo de la cumbres que viste desde lo alto…

Dice Saint Exupery en el Principito: “somos responsables de aquello que hemos domesticado… Eres responsable de tu rosa”
Si, hay una gran responsabilidad en la amistad. Nuestra realidad humana siempre tendrá limitaciones, que no quiere decir que tengan obligatoriamente que poner en peligro la amistad. Solo muere la amistad cuando no se perdona o no se dialoga…
Cuando ante dificultades se recela sin dar fe al amigo.… y es ahí donde reside y se pone en juego la fidelidad que nos va a dar la medida de nuestra propia fidelidad a Dios…
Quien no ama a su prójimo que ve… ¿como puedes decir que ama a Dios que no ve? Dice la epístola de Santiago…Nadie puede asegurar que es fiel a Dios si tampoco es capaz de sobrevolar sus propias limitaciones en un momento determinado y perdonar una incomprensión, una herida. Si el perdón no se derrocha, si la memoria no olvida, si el corazón no se engrandece para acoger al otro más profundamente que cuando sentíamos con supresencia la alegría… “destruimos” la amistad… desperdiciamos un tesoro… Estamos perdiendo la experiencia de un Dios que se asomaba a nuestra vida en los ojos del amigo.

Señor, ayúdanos a abrir nuestro corazón, a saber confiar y amar de verdad. Concédenos la gracia de saber guardar el don de la amistad siendo como tú don para los otros...
Leer tus signos de cercanía sabiendo descubrir tu amor y rostro en el rostro del amigo.

domingo, octubre 29, 2006





El diapasón de Dios…


La amistad es el arte de saber resonar al unísono en la gran sinfonía de la vida…
No hay nada más precioso que descubrir su música en el corazón del amigo…


El verdadero amigo te orienta hacia la bondad, la verdad, la generosidad, la valentía la honestidad, la pureza…
Porque el verdadero amigo es un diapasón que vibra al eco de Dios…

Cuando uno ama de verdad su corazón se orienta hacia el infinito…
Es el comienzo de un hecho sagrado…
El corazón palpita al mismo ritmo del corazón de Dios, de su propio corazón…
Cuando se vive la verdadera la amistad no se puede ignorar que sus notas son el eco de la música del Creador…
Tu corazón escucha el eco del Espíritu que te hace vibrar al ritmo de su amor infinito provocando una honda expansiva a tu alrededor…
Los verdaderos amigos se convierten en un inconmensurable concierto sagrado donde se puede escuchar el eco de la Verdad.

Haz de tu vida un diapasón de Dios. Dirige tu vida en su sentido para captar la música sagrada que da fuerza y valentía para realizar los mayores retos…
Haz que tu corazón resuene el eco de la sinfonía Divina en la amistad y no dejes que nadie desvíe tu diapasón para recibir las ondas del eco de su amor que resuena profundo en el corazón del amigo…

viernes, octubre 06, 2006


Anorexia del corazón

Hoy leí un poco a Henri Nouwen, me gusta porque es real, sencillo y vivió infinidad de experiencias desde Dios.



Hizo sus opciones y sobre todo tomo la opción del corazón...
Hoy lo pensaba que ésta, nuestra sociedad, es una sociedad de anorexia... Hay gente que muere de hambre en otros mundos... En otros países porque no tienen que llevarse a la boca.

Aquí es justo lo contrario, el rechazo de querer comer por aparecer termina por matarles... Les sobra todo y les falta todo...

Eso mismo pasa con el alma... Hay gente que jamás nadie se les acercó con un corazón generoso o no supieron descubrirlo…y no saben lo que es la amistad, ni el verdadero amor. Muere su alma porque no saben lo que es la generosidad, la alegría de compartir, de vivir lanzados hacia Dios con la fuerza de su amor que nos dio el mandamiento del Amor...
Desgraciadamente, otros tienen demasiado . Y pierden el don que Dios les da en el presente por otra clase de apariencia...por la inflacción de tener con demasiada facilidad gente que les quiere, gente generosa y no saben valorarlo a veces por la apariencia de querer aparecer " justos a los ojos de otros" por cumplir sus propios preceptos y no saben descubrir quien vive o quien necesita su ayuda, su amistad, y cercanía...se les endurece su corazón... La apariencia de "ser libres y de cumplir el deber " les hace vivir esclavos del juicio y miradas de otros…" Cuando el primer deber del hombre es el amor... El compartir... El ser...

No se, esta noche, todo ésto se mezcla en mi cerebro y rezo...
Rezo para que Dios me ayude a que nadie que se acerque a mi vida, se encuentre en mi la anorexia de amor... Pido para que solo busque hacer el bien, aunque me cueste renunciar a la apariencia de ser buena, libre, generosa o que se yo...
El orgullo nos juega malas pasadas haciéndonos creer justos... Si, es preferible ser mal visto y hacer como el samaritano... Perder mi tiempo y recoger al herido, escuchar al amigo, dar la mano al pobre... Y encontrarse, al mirarle, con los ojos de Dios que te miran... Y una alegría inmensurable que golpea el corazón.

Quizás pienses que son locuras... Pero en el fondo, no son locuras... Es la opción fundamental de querer vivir de la mano de Dios.

martes, mayo 23, 2006

Como Dios te mira.





Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por los amigos. Jn 13


Quien tiene un amigo tiene un tesoro. Cuídalo con esmero y no dejes que tus quehaceres acallen tu corazón y que no tomes el tiempo necesario para alimentar tu amistad.

Todo depende del valor que des a cada cosa. Recuerda siempre que solo se ve bien con el corazón... lo esencial es invisible a los ojos, decía Saint Exupery. Y hoy día, nuestra sociedad solo da valor a lo que es productivo, a lo que te da beneficio practico... Un amigo es algo que no se puede medir con las medidas de cálculo ni eficacia por eso hoy tener un amigo es un milagro. Y los milagros son rarísimos… si lo tienes da gracias a Dios, pero no te contentes sólo con dar gracias, la verdadera gratitud de tener un amigo es serlo tú.


Si quieres saber si tu amistad es verdadera solo tienes una forma de probarlo: Pregúntate por el don de tu amistad si sabes ir por la vida con gratuidad, con preocupación por tus amigos, adelantándote a sus necesidades escuchando el latido de Dios en ellos y tendiendo ese espacio de escucha y de paz que hace sentir que Dios esta cerca… Pregúntate si tu pureza crece cada día con el impulso de tu amistad…. Si tu egoísmo disminuye porque tienes un amigo, porque el amigo no es otra cosa que el sacramento de la ternura y presencia amiga de Dios. Siempre que te asomas a los ojos del amigo descubres como Dios te mira

miércoles, abril 19, 2006



Vivimos de la rosa







Cuentan que el joven poeta Rainer Maria Rilke paseaba con una amiga y habitualmente pasaban por la misma calle donde una mujer pedía siempre limosna. El poeta, de corazón generoso, dejaba en su mano algunas monedas cada día…

Un día la actitud de Rilke cambió y cual seria la sorpresa de su joven amiga ver al poeta comprar una rosa y dejarla en la mano de la mendiga. A la pobre mujer se le iluminó el rostro. sus ojos brillaron chispeantes, dio las gracias al poeta y se marcho presurosa…

Las semanas siguientes su puesto estaba vacío, cosa que llamó la atención a la amiga de Rilke, que con un tono triste le comentó… “Pobre mujer… ¿de qué vivirá ahora?”… El respondió sonriente… “Ella vive de la rosa.”.

Es una respuesta de una verdad increíble… Llenamos de cosas la vida, de monedas que no llenan… Repartimos a derecha y a izquierda una vida llena de ansiedad, de valorar el tener más que el ser y no nos damos cuenta de que por buscar conseguir “tener” repartimos infidelidad, amargura, juicios gratuitos, nuestro egoísmo concentrado en nuestros trabajos y problemas.

Miramos a los otros con los ojos de medida económica y de eficacia, por eso les contagiamos nuestro desencanto a los que se acercan a nosotros mendigándonos algo que muchas, muchas veces, ni siquiera es una moneda… Por eso al día siguiente, los encontramos en el mismo sitio. En el mismo estado de desesperanza y de pobreza…

Si como Rilke, supiéramos ir repartiendo rosas a los que se acercan a nosotros. Las rosas del diálogo, de la sonrisa sincera, de la mano tendida, del corazón abierto a la amistad, a la afección.
La rosa de la escucha sin prisas sin justificar nuestra falta de interés por el otro diciéndole cuánto trabajo tenemos y que no podemos pararnos a escucharle…

Si ofreciéramos las rosas del amor sincero que piensa mas en el otro que en si mismo… La rosa de compartir nuestra profundidad animando a los que viven con nosotros a la esperanza, a la alegría, al encuentro que le habla de Dios y de infinito… Descubriremos que el otro se transforma. Que la moneda que necesitaba era tan solo esa mirada que valora su ser como persona…

Si ofreciéramos rosas, descubriremos un mundo distinto, donde florece la vida y la esperanza porque en el fondo, fondo todos, “vivimos de la rosa.”